Passa al contingut principal

La cadena del tiempo




Hoy, paseando por el puerto, me encontré con una cadena apartada, olvidada en un rincón donde casi nadie se detiene. El hierro estaba gastado, cubierto de óxido, como si hubiera esperado demasiado tiempo a que alguien volviera a mirarla.

Me quedé allí, quieto, escuchando el rumor del agua y el crujido lejano de los barcos. Y de pronto, cada eslabón empezó a devolverme imágenes: tardes de infancia en las que corría por este mismo muelle, voces que ya no escucho, miradas que se fueron con el viento. La cadena parecía guardar todo aquello que yo había perdido, como si el tiempo se hubiera enredado en su peso.

Sentí una mezcla extraña: el deseo de soltar y la necesidad de conservar. El puerto seguía vivo, indiferente, pero yo me quedé atrapado en esa memoria suspendida. La cadena del tiempo estaba allí, apartada, y sin embargo me sostuvo, me recordó que incluso lo que se oxida sigue formando parte de mí.

Quizá por eso no pude apartar la vista. Porque en ella reconocí lo que fui, lo que ya no soy, y lo que aún me acompaña mientras aprendo a mirar hacia adelante.




Gràcies pels vostres comentaris - Gracias por vuestros comentarios

Thanks for you comments




Comentaris

Luis Serrano ha dit…
El tiempo detenido entre eslabones, el recuerdo apresado entre ellos y la memoria intentando recuperar aquel tiempo que ya no es pero que perdura y toma cuerpo. Precioso texto amigo Jordi y preciosa fotografía que para ti representa tanto y tan intimo.
Abrazo
Margaret D ha dit…
Nice photo of the chain and such a simple thing did remind you of a small part of your childhood - it's strange how things come into our being as we walk along life.