Una tarde cualquiera

 Monumento a Cristóbal Colon, Barcelona






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Comentaris

sa lluna ha dit…
Espectacular aquesta ennigulada, sembla que en Cristòfol Colom dirigeix la tempesta.😉

Aferradetes, Jordi.
joaquín ha dit…
Cualquier tarde nos puede deparar imágenes maravillosas. Sólo hay que saber mirar
buenas tardes jordan
una foto espectacular que disfruté mucho ver.
besito
:)
Antonio Rodriguez ha dit…
Espectacular con ese bello atardecer que hace contraste a la estatua de Colón.
Un abrazo.
A beautiful monument and such an amazing sky.

All the best Jan
VENTANA DE FOTO ha dit…
Un lugar muy fotografiad, pero nunca había contemplado ninguna fotografía tan bella como esta.
Has sabido captar la luz de este hermoso atardecer.
Besos.
Anaximandro ha dit…
Queda espectacular el monumento con ese cielo que aporta un dramatismo muy interesante. También me gusta el hecho de que aparece muy integrado en su entorno actual y real.
Un abrazo, Jordi.
Frases Bonitas ha dit…
Un hermoso monumento al descubridor de América.
Laura. M ha dit…
Colón nos indica que miremos ese espectacular cielo.
Un abrazo.
Fernando Álvarez ha dit…
Momentazo, el cielo es impresionate al igual que la toma.
Saludos
Tesa Medina ha dit…
Espectacular, Jordi. Me gusta también un montón cómo la has encuadrado, conozco este lugar mucho y no es fácil sacar una foto que no sea vista, y ésta lo es. Muy original. Me encanta.

Una abraçada,

Donde el tiempo se detiene

Donde el tiempo se detiene
Salió de casa, pero todo lo que quería era encontrar un lugar tranquilo. Sus pasos la llevaron hasta un banco apartado, casi escondido. Parecía el lugar perfecto. Se sentó con cuidado, y abrió el libro que llevaba bajo el brazo. Allí, entre las páginas y el sonido cercano del mar, encontró el respiro que andaba buscando. Llevaba mucho rato ahí, sola, dejando que el murmullo de las olas y la brisa del mar fueran su compañía. Su cabello largo se movía suavemente con el viento, pero a ella no parecía importarle. Estaba totalmente perdida en la historia que leía, como si fuera su refugio, un escape hacia un sitio donde solo sus pensamientos y el libro pudieran entrar. De vez en cuando levantaba la vista, mirando el horizonte. Quizá porque las palabras del libro la hacían imaginarse mundos lejanos o porque, simplemente, el azul del mar la invitaba a soñar. Pero siempre volvía al libro, como si en esas páginas estuviera buscando algo que el mundo real no podía darle. Era un momento simple, pero perfecto. Un instante en el que el tiempo no importaba, en el que todo lo que necesitaba estaba justo ahí. “Un lugar donde el tiempo se detiene”