Mare de Déu del Mont II - B/N

Mare de Déu del Mont II - B/N - Jordi López







Comentaris

VENTANA DE FOTO ha dit…
Formidable la edición en ByN, así como su composición.

Que pases un buen fin de semana.
Maria Rodrigues ha dit…
Belíssimo poema e uma extraordinária fotografia.
Bom fim de semana
Um abraço
Maria
Divagar Sobre Tudo um Pouco
josep ha dit…
Magnífic B/N amb unes textures extraordinàries.
Una abraçada Jordi
Antonio Rodriguuez ha dit…
Muy buen B/N con un apropiado trabajo de edición. Muy interesante la reflexión del poema.
Un abrazo.
Margaret D ha dit…
Interesting texture in the photo - it's lovely.
Manel ha dit…
Molt xula, m'agrada molt com t'ha quedat.

Una abraçada i bon diumenge.
Montse ha dit…
Jordi, la perspectiva i la textura son incfeibles, és molt guapa aquesta foto.
Un petonet.
Una estupenda fotografía con un buen B&N.
Un abrazo.
Miguel García ha dit…
Un buen blanco negro con texturas muy bien destacadas. Un paisaje duro, bravío y con esa preciosa iglesia ¡Lastima que las empresas de telecomunicaciones vengan a j.d.rlo todo.
Un abrazo,
Recomenzar ha dit…
Bello lo que haces y lo que sale de tu mente cuando lo sacas
Ana Manotas Cascos ha dit…
Que gran composición, me encanta y un gran blanco y negro. Un abrazo
ruma ha dit…
El espacio sagrado está excelentemente fotografiado.

Admiración a tu bello mundo.

Te deseo lo mejor.
Saludo y abrazo

De japon, ruma ❃

Donde el tiempo se detiene

Donde el tiempo se detiene
Salió de casa, pero todo lo que quería era encontrar un lugar tranquilo. Sus pasos la llevaron hasta un banco apartado, casi escondido. Parecía el lugar perfecto. Se sentó con cuidado, y abrió el libro que llevaba bajo el brazo. Allí, entre las páginas y el sonido cercano del mar, encontró el respiro que andaba buscando. Llevaba mucho rato ahí, sola, dejando que el murmullo de las olas y la brisa del mar fueran su compañía. Su cabello largo se movía suavemente con el viento, pero a ella no parecía importarle. Estaba totalmente perdida en la historia que leía, como si fuera su refugio, un escape hacia un sitio donde solo sus pensamientos y el libro pudieran entrar. De vez en cuando levantaba la vista, mirando el horizonte. Quizá porque las palabras del libro la hacían imaginarse mundos lejanos o porque, simplemente, el azul del mar la invitaba a soñar. Pero siempre volvía al libro, como si en esas páginas estuviera buscando algo que el mundo real no podía darle. Era un momento simple, pero perfecto. Un instante en el que el tiempo no importaba, en el que todo lo que necesitaba estaba justo ahí. “Un lugar donde el tiempo se detiene”